Vivir y Bailar en Sevilla
Sueño, Historia y Arte
La histórica influencia de los antiguos moros en la capital de Andalucía se manifiesta en varios lugares, tradiciones y vivencias del día a día.
Las calles son testimonio de una ciudad en la que se cruzaron culturas diferentes a lo largo de los siglos y tal vez el mayor ejemplo de ello sea el Real Alcázar — un majestuoso conjunto de palacios en el que el legado de la historia coexiste con el arrojo y creatividad de las artes. Esta antigua fortaleza es una residencia real desde el siglo XIV y, con el paso del tiempo, se fue transformando en un paisaje de ensueño, con bellos edificios de influencia morisca y jardines refrescantes repletos de estatuas y fuentes. El ambiente evoca varias épocas y culturas, donde destaca la arquitectura mudéjar.
Gastronomía
Cuando llega la hora de la cena, nada como dar inicio a un periplo de sabores, ya que Sevilla es conocida por su cocina y cultura de vinos, que se benefician de los ricos ingredientes de las regiones agrícolas que rodean la ciudad, así como de siglos de historia en los que se mezclaron las tradiciones gastronómicas ibéricas y árabes. Destacan manjares como el Gazpacho Andaluz, una sopa fresca de tomate, las emblemáticas tortillas, varios platos de carne de cerdo y tapas deliciosas como el Jamón Ibérico. Además de los vinos regionales, los sevillanos aprecian la manzanilla, un vino generoso muy popular.
Para descubrir lo mejor de la gastronomía sevillana basta con explorar las calles del centro cerca de la catedral, el barrio de Santa Cruz o la zona de El Arenal. En estas zonas encontrará muchos locales en los que puede descubrir los sabores de Sevilla, desde las casas de tapas más modestas a los restaurantes más refinados, así como varios bares y terrazas en los que a los sevillanos les encanta pasar la tarde.
Entre la Fe... y el Baile
Pero no coma demasiado, porque después podrá tener que dar unos pasos de baile. Es imposible pasar por esta ciudad sin oír y ver flamenco. Este emotivo estilo de música y baile tradicional tuvo origen en la cultura de los gitanos, pueblo que llegó a la Península Ibérica en la Edad Media, después de la conquista de los moros. La música es al mismo tiempo melancólica y bastante rítmica, tocada con guitarras, palmas y percusiones, y acompañada por cantos melódicos y dramáticos. El otro elemento del flamenco es su vigoroso estilo de baile que incluye pasos rápidos, movimientos sensuales y zapateado, interpretados por hombres y mujeres que lucen coloridos trajes tradicionales.
Para saber más sobre el flamenco, diríjase al Museo del Baile Flamenco, donde podrá visitar exposiciones sobre su historia, ver espectáculos y asistir a clases de música y baile.
Si el flamenco caracteriza Sevilla con un lado profano, hay que reconocer también la faceta profundamente religiosa de la ciudad, que se pone de manifiesto durante la Semana Santa: es uno de los eventos más importantes de Sevilla y atrae a decenas de miles de personas de todo el país. En el periodo de la Pascua católica, sus calles se llenan de multitudes que participan en procesiones lideradas por los nazarenos, hombres vestidos con severos trajes religiosos con capuchones. Cada barrio de la ciudad posee grupos (o cofradías) de estos hombres que lideran las procesiones y atraviesan las calles de la ciudad, portando andas alegóricas con decoraciones religiosas y figuras de la Virgen María.