Vivir y Bailar en Sevilla

En las orillas del río Guadalquivir, los fuertes aromas de la gastronomía andaluza, las iglesias construidas sobre antiguas mezquitas, los adornos inconfundibles de la arquitectura local y la omnipresencia de los sonidos y movimientos poéticos del flamenco no dejan margen para dudas. Estamos en Sevilla, ciudad en la que se mantienen presentes las señales de los antiguos moros y en la que se encuentran colores fuertes, una vida intensa y una alegría contagiosa.

Sueño, Historia y Arte  

La histórica influencia de los antiguos moros en la capital de Andalucía se manifiesta en varios lugares, tradiciones y vivencias del día a día. 

Las calles son testimonio de una ciudad en la que se cruzaron culturas diferentes a lo largo de los siglos y tal vez el mayor ejemplo de ello sea el Real Alcázar — un majestuoso conjunto de palacios en el que el legado de la historia coexiste con el arrojo y creatividad de las artes. Esta antigua fortaleza es una residencia real desde el siglo XIV y, con el paso del tiempo, se fue transformando en un paisaje de ensueño, con bellos edificios de influencia morisca y jardines refrescantes repletos de estatuas y fuentes. El ambiente evoca varias épocas y culturas, donde destaca la arquitectura mudéjar.

Pero hay más en el centro histórico, donde encontramos el mayor edificio gótico del mundo: la Catedral de Sevilla. Fue construida a finales de la Edad Media sobre un templo islámico después de la conquista cristiana de la ciudad en 1248, y aún hoy mantiene el minarete de la antigua mezquita, la Torre de la Giralda, desde donde podemos disfrutar de unas vistas deslumbrantes sobre la ciudad. En la Plaza de España, la mirada se deleita con un grandioso conjunto de edificios y arcadas, construidos en 1928 pero con elementos renacentistas y moros. Más cerca de las orillas del Guadalquivir está la actual sede del gobierno regional, el Palacio de San Telmo, tesoro de la época barroca. Por último, para saber más sobre las tradiciones artísticas de Sevilla, nada como conocer la colección del Museo de Bellas Artes.

Gastronomía

Cuando llega la hora de la cena, nada como dar inicio a un periplo de sabores, ya que Sevilla es conocida por su cocina y cultura de vinos, que se benefician de los ricos ingredientes de las regiones agrícolas que rodean la ciudad, así como de siglos de historia en los que se mezclaron las tradiciones gastronómicas ibéricas y árabes. Destacan manjares como el Gazpacho Andaluz, una sopa fresca de tomate, las emblemáticas tortillas, varios platos de carne de cerdo y tapas deliciosas como el Jamón Ibérico. Además de los vinos regionales, los sevillanos aprecian la manzanilla, un vino generoso muy popular.

Para descubrir lo mejor de la gastronomía sevillana basta con explorar las calles del centro cerca de la catedral, el barrio de Santa Cruz o la zona de El Arenal. En estas zonas encontrará muchos locales en los que puede descubrir los sabores de Sevilla, desde las casas de tapas más modestas a los restaurantes más refinados, así como varios bares y terrazas en los que a los sevillanos les encanta pasar la tarde. 

Entre la Fe... y el Baile

Pero no coma demasiado, porque después podrá tener que dar unos pasos de baile. Es imposible pasar por esta ciudad sin oír y ver flamenco. Este emotivo estilo de música y baile tradicional tuvo origen en la cultura de los gitanos, pueblo que llegó a la Península Ibérica en la Edad Media, después de la conquista de los moros. La música es al mismo tiempo melancólica y bastante rítmica, tocada con guitarras, palmas y percusiones, y acompañada por cantos melódicos y dramáticos. El otro elemento del flamenco es su vigoroso estilo de baile que incluye pasos rápidos, movimientos sensuales y zapateado, interpretados por hombres y mujeres que lucen coloridos trajes tradicionales.

Actualmente, el flamenco es una parte importantísima de la identidad española, y Sevilla es considerada la «capital» de este arte, donde se concentran algunos de sus más conocidos practicantes. Para sentir la profundidad del flamenco y dejarse contagiar por sus ritmos, nada como explorar el Barrio de Triana. Aquí encontrará diversos bares de flamenco en los que podrá asistir a un espectáculo en directo con los mejores intérpretes de la región y, posiblemente, ¡sumarse a la fiesta

Para saber más sobre el flamenco, diríjase al Museo del Baile Flamenco, donde podrá visitar exposiciones sobre su historia, ver espectáculos y asistir a clases de música y baile. 

Si el flamenco caracteriza Sevilla con un lado profano, hay que reconocer también la faceta profundamente religiosa de la ciudad, que se pone de manifiesto durante la Semana Santa: es uno de los eventos más importantes de Sevilla y atrae a decenas de miles de personas de todo el país. En el periodo de la Pascua católica, sus calles se llenan de multitudes que participan en procesiones lideradas por los nazarenos, hombres vestidos con severos trajes religiosos con capuchones. Cada barrio de la ciudad posee grupos (o cofradías) de estos hombres que lideran las procesiones y atraviesan las calles de la ciudad, portando andas alegóricas con decoraciones religiosas y figuras de la Virgen María.
Curiosamente, como para subrayar la dicotomía entre lo religioso y lo profano, después de Semana Santa, se realiza otro evento importante en la ciudad: la Feria de Abril de Sevilla. Durante una semana, las orillas del río Guadalquivir se animan con mercados de productos tradicionales al aire libre, desfiles de folclore y trajes típicos de flamenco, corridas de toros y espectáculos de música y baile en la que es considerada una de las grandes fiestas del año en España!

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