¿Qué Tienen las Playas de Brasil?

El nordestinas

Podemos empezar de nuevo. La fama del nordeste brasileño es legendaria, y con razón. Son varios los estados abarcados en esta región amplia que, como todo el país, varía mucho en su geografía. Pero el litoral mantiene un trazo único: la belleza insuperable de sus playas. 

La de Jericoacoara, en Ceará, está enmarcada en un parque nacional que deslumbra por el escenario de dunas y lagunas. No es extraño que sea presencia habitual en las listas de las mejores playas del mundo. Está a tan solo 300 km de Fortaleza, uno de los destinos turísticos más apreciados del país, donde está situada la famosa Playa del Futuro.

En el estado de Pernambuco, son las aguas transparentes y las piscinas naturales de la playa de Porto de Galinhas las que se llevan el trofeo. Con buenas condiciones para el baño, está a tan solo una hora de los encantos propios de Recife.

Más al sur, la ciudad de Tamandaré esconde uno de los secretos mejor guardados. La casi desierta Playa de Carneiros es perfecta para quienes buscan mantenerse alejados del ajetreo y tiene como particularidad una pequeña iglesia construida prácticamente a la orilla del mar.

Continuando por el estado de Bahía, tierra del carnaval, la única dificultad es elegir. Pero si tiene que elegir una, elija la Playa de Espelho, donde se combina la belleza de los acantilados con las piscinas naturales durante la marea baja.

El periplo por el Nordeste no estará completo sin el archipiélago de Fernando Noronha. Se divide entre las agitadas playas de Mar de Fora, abiertas al Atlántico, y las más tranquilas de Mar Adentro, orientadas hacia el interior. En estas últimas, cobra relevancia el color cristalino del agua en Baía do Sancho y en Baía dos Porcos.

Río y São Paulo

Continuando hacia el sur, es posible combinar unas vacaciones paradisíacas con el lado más cultural de Brasil. Las capitales de estos dos estados son tan importantes que forman una megalópolis llena de atractivos.

Pero vamos a las playas. Solo en Río de Janeiro, donde los cariocas viven gran parte del año dentro del agua, hay varias de fama mundial. Copacabana e Ipanema constituyen tarjetas de visita por excelencia. 

A dos horas de la «ciudad maravillosa» encontramos Búzios, cuyos encantos fueron revelados al mundo por ser el refugio predilecto de Brigitte Bardott. Con agua por todas partes y opciones para todos los gustos. Por ejemplo, el extenso arenal blanco de la Playa de Geribá, donde el mar es agitado y frío, invitando a los deportes náuticos. Para un día de tranquilidad sin interrupciones, busque la encantadora bahía de playa de Ferradura. Con un ambiente familiar y acogedor, está rodeada de viviendas y jardines, muy cerca del centro de la ciudad.

En Angra dos Reis, tendremos siempre la bella y atractiva Ilha Grande. Son más de 113 las playas concentradas en tan solo 30 km de largo, a lo largo de la costa. ¿La playa más famosa? Sin duda la de Lopes Mendes, verdadero prototipo de rincón paradisíaco.

En el estado de São Paulo, la Playa de Feiticeira en el archipiélago de Ilhabela hace justicia a su nombre por el toque exótico de los cocoteros y por la zona acceso, que pasa por una cascada. Es una rival a la altura de la playa de Barra do Una, más al sur, una península seductora en la que el río se encuentra con el mar.

Horizontes gauchos

Es cierto que el sur de Brasil es playas menos conocidas, pero no menos interesante.

A laya de Lagoinha do Leste, en Florianópolis (estado de Santa Catarina) constituye una prueba de ello. Ecológicamente bien conservada —y por eso de difícil acceso— está situada junto a una laguna única rodeada de vegetación.

Ya en Rio Grande do Sul, la amplia Playa de Torres es popular tanto entre familias como surfistas. El escenario enmarcado por las formaciones rocosas da un aspecto característico a aquella que es, probablemente, la playa más famosa del estado.

Finalmente, en el camino de 200 km entre Torres y Porto Alegre, vale la pena parar en Capão da Canoa. Además de los brasileños, muchos argentinos y uruguayos llegan aquí en busca de sol y diversión. ¡Y de los sabores gauchos! Antes de la playa, ya sabe: busque una de las típicas churrasquerías.