Entre los Ríos, el Arte y la Ficción
Tal vez ni siquiera necesite el mapa…
Solo hay que seguir la línea verde y conocer mucho de lo que Nantes tiene para ofrecer. No estamos hablando de la común línea del metro, sino de una línea pintada en el suelo, con cerca de 8 km, que une los puntos turísticos imprescindibles de la ciudad, desde monumentos e instalaciones artísticas, pasando por museos, eventos culturales, miradores o jardines. Algunas iniciativas incluidas en el recorrido son temporales y tienen lugar sobre todo durante los meses de verano; otras van siendo incluidas en la ruta para perdurar en el tiempo y convertirse en paradas permanentes en el circuito.
Es por ello un viaje en constante evolución y que permite mirar a la ciudad de diversas formas. Podemos incluso decir que El Viaje a Nantes (Le Voyage à Nantes) es una experiencia cultural única que pasa por todo aquello que conforma la ciudad: alegría, sensibilidad, excitación, cultura, arte y recuerdo.
Nantes, el puerto de viaje de Julio Verne
Nantes y sus barcos inspiraron Julio Verne. Fue aquí donde el escritor nació en 1828, como el hijo mayor de una familia de clase burguesa. Muchos de los que estudiaron su vida y obra creen que pasó gran parte de su infancia observando los buques que llegaban y partían de la ciudad. Habrá sido aquí que la imaginación de Julio Verne partió también en busca de nuevos mundos, muchas veces vislumbrando el futuro, aunque en el momento disfrazado de la más pura ficción.
Nantes agradece ser un lugar inspirador y pone énfasis en homenajear al escritor de las más diversas formas. Por ejemplo, con el Museo Julio Verne, albergado en una casa del siglo XIX, muy cerca del río Loira, o como dicen los franceses, Loire. Guarda un rico patrimonio dedicado al autor y formado por manuscritos originales, objetos personales, las primeras ediciones de muchos de sus libros y réplicas de algunas de sus invenciones.
Y hablando de imaginación, invenciones y de Julio Verne
Imagine un lugar de fantasía futurista que mezcle la creatividad del autor de las 20 000 leguas de viaje submarino con el genio inventivo y mecánico de Leonardo da Vinci. A esto añada animales de grandes dimensiones (en movimiento) un tiovivo, las más audaces aventuras y las más curiosas sensaciones. Son las Máquinas de la isla de Nantes (Les Machines de L’île) que puede encontrar en la parte oriental de la isla, en un lugar que dio cobijo a los astilleros navales de la ciudad hasta los años 70.
La idea surgió de un espectáculo firmado por la compañía de teatro callejero Royal de Luxe, creado en 2007 para la bienal de las artes de la ciudad. Criaturas colosales que representan el imaginario de Nantes dominan el espacio. Es el caso, por ejemplo, del famoso elefante gigante con 12 m de altura en el que puede incluso dar un bonito paseo para ver la ciudad desde lo alto. También hay una hormiga y un pulpo de grandes dimensiones y el ineludible Carrusel de los Mundos Marinos.
Pero Nantes es mucho más que ciencia-ficción.
Es también arte. Ejemplo de ello mismo es el Estuario de Nantes, muchas veces descrito como un verdadero museo a cielo abierto o una creativa aventura artística a orillas del río Loira.
A lo largo de 60 km están dispuestas 29 obras de arte firmadas por prestigiosos artistas que conformaron, en tres fases diferentes, el proyecto artístico Estuaire. Este fue otro de los diversos impulsos creativos e innovadores pensados para la ciudad, y consistió en dar a cada lugar una visión artística. Puede descubrir este recorrido a pie, en bicicleta o en barco.
Tienen bizcochos de amor hechos con mantequilla
Se llaman Lu y son unos de los bizcochos más conocidos de Francia. Son elegantes, distintos, muy sabrosos, nutritivos y fueron creados en Nantes, a mediados del siglo XIX.
Nacieron de una bella historia de amor entre Jean-Roman Lefevre y Pauline Isabelle Utile. Juntos en la vida y en el arte de la pastelería, combinaron los elementos perfectos que resultaron en esta auténtica delicia del paladar. Elaborados a base de mantequilla, azúcar, harina y leche, son una de las marcas de la ciudad que no puede dejar de probar.
Un castillo en el corazón...
Justo en el centro de Nantes es una de la herencia histórica de la ciudad - Castillo de Nantes o Castillo de los Duques de Bretaña. Empezó a ser construido por François II, el último duque de Bretaña, en el siglo XV, atravesó varias épocas y hoy en día guarda muchas historias. Es el último castillo del Loira antes del Atlántico y aquí puede conocer, al detalle, la historia de la ciudad, ya que alberga el Museo de Historia de Nantes. Es una historia rica contada a través de siete secuencias, desde su edificación hasta el siglo XX. Además de esta perspectiva más realista, el museo permite conocer Nantes a través de los ojos de poetas, pintores o directores de cine.
Un lugar privilegiado para hacer compras
El Passage Pommeraye, construido por orden de Louis Pommeraye, fue inaugurado en 1843. Une dos calles de la ciudad y está considerado como uno de los pasajes cubiertos más bonitos de Europa. Parece intacto desde su construcción, y ha sido decorado con estatuas y detalles renacentistas. Es el lugar perfecto para comprar, ya que la galería está formada por diversas tiendas divididas en tres plantas. En 1961 fue el escenario de una de las escenas más conocidas de la película Lola, de Jacques Demy.
Es uno de los ríos de Nantes, afluente del Loira, y atraviesa la ciudad. Todos los años recibe el Les Rendez-Vous de L’Erdre, un festival de jazz, con entrada gratuita, que trae a la ciudad a artistas y amantes de este género musical de todo el mundo. El escenario es perfecto y único: los escenarios están esparcidos por más de un centenar de barcos, a lo largo del río, y también en algunos puntos en las orillas, que se llenan de gente para asistir a esta encantadora experiencia.
La música completa el paisaje que la envuelve y fluye con el río de una forma orgánica y poética. Es en gran parte debido a ello que son encuentros singulares e imperdibles.
Y muscadet…
Recuerda el vino verde portugués, pero está hecho de la variedad Melon de Bourgogne y es el vino blanco más producido en toda la región del Loira, en la costa oeste francesa. Descrito por los más respetados conocedores como un vino puro, limpio, fresco y ligero, el Muscadet libera aromas florales y afrutados y acompaña a la perfección platos relacionados con el mar.
Aquí encontrará diversos bares de vinos que ofrecen una selección cuidada de diferentes tipos de Muscadet, lo que también sucede en los diversos restaurantes recomendados a lo largo de la ciudad. Ha llegado la hora de hacer un brindis a Nantes con una copa de Muscadet. Le sugerimos que lo haga en una de las terrazas que animan las calles de la ciudad.