Desde Málaga, con Pasión
Málaga que encanta… ¡siempre!
Los aromas del vino dulce casero, los más refinados y tradicionales manjares y la alegría espontánea en cada esquina nos contagian y nos hacen felices. En Málaga apetece bailar y, la mayor parte de las veces, al son de un rasgueo puro de guitarras sabias y generosas. ¡Se escucha, se baila y se siente el flamenco!
Los espacios verdes, los barrios típicos y las avenidas anchas y ajetreadas coexisten armoniosamente bajo una luz muy especial: aquí el sol brilla casi todos los días, y siempre con el azul profundo del Mediterráneo a sus pies.
Es una ciudad que se cuida, que cuida su pasado y que se cuidará en el futuro. Es joven y adulta. Encantadora y desafiante. Vive como si fuese el último día y en nosotros, después de conocerla, vivirá para siempre.
Con historia(s) para contar
Málaga guarda tesoros de muchas épocas y diversos estilos artísticos que debe apreciar tranquilamente. Por toda la ciudad encontrará iglesias, monumentos, palacios y edificios (desde los más antiguos hasta los más modernos) que cuentan la historia de la que fueron testigos a lo largo de los años. El pasado ha sido preservado con cuidado y es también por ello que aquí puede hacer muchos viajes, sobre todo en el tiempo.
Puede, por ejemplo, dar un salto hasta el esplendor renacentista con una visita a la Catedral de Málaga, o la Manquita, como también se la conoce. Fue construida entre los siglos XVI y XVIII e imaginada para tener dos torres imponentes, lo que acabó por no suceder por falta de presupuesto. Se erigió con tan solo una torre, pero la belleza que ostenta no nos hace pensar en lo que falta, solamente en lo que tiene, ¡y le garantizamos que tiene mucho para ver!
Ahora, otro salto en el tiempo hasta el monumento más antiguo de Málaga: el Teatro Romano. Está situado en el Monte Gibralfaro, en la parte oeste, y se remonta al siglo I. Solo fue descubierto en 1951 y hoy en día es uno de los grandes símbolos de la presencia del Imperio romano en la ciudad. Aquí podrá conocer, de una forma bastante interesante, las vivencias y costumbres de aquella época. Le espera una exposición interactiva altamente recomendable y muy capaz de hacer que su afán por descubrir el pasado sea mucho más divertido.
No muy lejos, se encuentra el fuerte de Alcazaba y el castillo de Gibralfaro, dos construcciones que nos trasladan nuevamente a otros tiempos: la época de los moros, que ocuparon la ciudad hasta mediados del siglo XV y la convirtieron en uno de los centros mercantiles más importantes de la península ibérica. El fuerte data de 1065 y es uno de los museos arqueológicos más importantes y mejor conservados de España. El castillo fue el escenario final de la conquista de Málaga por los Reyes Católicos en 1487, y es uno de los referentes indiscutibles de la ciudad. Además de los acontecimientos del pasado que se avistan desde aquí, desde este monte se puede admirar uno de los paisajes malagueños más bonitos. Le aconsejamos que aproveche el momento y descanse un poco, ¡que todavía hay mucho por ver!
Pablo Picasso, el genio malagueño
Fue en Málaga, en 1881, donde nació uno de los grandes genios artísticos del siglo XX. La Casa Museo en la que Picasso vivió hasta 1884 está situada en la Plaza de la Merced, justo en el corazón histórico de la ciudad. En todos sus rincones se cuenta la vida del artista y se remarca la relevancia de su arte y de sus visiones con vistas al mundo. Desde las memorias más personales e íntimas hasta las obras de cerámica, dibujos, pinturas y libros, es un auténtico viaje de puertas adentro por el universo de uno de los nombres más importantes de la historia del arte. Y existe constante movimiento artístico en esta casa: además de la colección permanente, se organizan varias exposiciones temporales y otras actividades culturales.
El amor entre Picasso y Málaga es recíproco, y fue por amarla tanto que el pintor quiso dejarle parte de su legado, obras que podrá encontrar en el Museo Picasso de Málaga, en el Palacio de Buenavista.
En la ciudad, los lugares de la naturaleza
Espacios verdes no faltan en Málaga. Gracias a su clima agradable y constante, este es un lugar privilegiado para muchas especies y verdaderas maravillas de la botánica. Uno de los parques más visitados es el Parque de Málaga, situado en el Paseo de España, entre el casco antiguo y el nuevo puerto. Fue construido a finales del siglo XIX y es uno de los lugares preferidos por los malagueños para dar paseos en familia o con los amigos, un descanso merecido, una sosegada lectura o compartir un agradable picnic. Es también escenario de diversos eventos culturales, y si hay ciudad a la que le gusta la cultura, esa es Málaga.
¡Pero hay más naturaleza en la ciudad! La Finca de la Concepción es uno de los jardines botánicos más importantes de España, y lo encontrará a unos 5 km del centro. Existe desde finales del siglo XIX; no obstante, solo ha sido abierto al público en 1994. En total, son 23 hectáreas con más de 25.000 plantas y flores de 2000 especies diferentes. Entre tanta variedad, encontrará también fuentes, cascadas y un museo: el Museo Loringiano, que alberga artefactos arqueológicos encontrados en excavaciones hechas en la región.
Y, cómo no, ¡las playas!
No sería posible escribir sobre Málaga sin mencionar las playas que abarrotan los cerca de 40 km de litoral de esta ciudad andaluza protegida de los vientos del norte por las montañas. Hay playas para todos los gustos: de arena fina y clara, más rocosas, más urbanas, e incluso las idílicas playas salvajes siempre tan presentes en nuestro imaginario.
La Malagueta, San Julián, El Candado, La Caleta, La Misericordia, Las Acacias, Nerja, El Palo o Playa del Cabo son solo algunos ejemplos de las que puede incluir en su ruta de sol y mar. En lo que respecta a la puesta de sol, inolvidable en cualquier parte de Málaga, recomendamos que la admire desde la playa Baños del Carmen, un rincón especial que forma parte de la historia que marcó la ciudad. Es aquí donde se encuentra el antiguo balneario Baños del Carmen, y dicen, quienes lo visitan, que es perfecto para relajarse con el paisaje circundante.
¡A Málaga le encanta la fiesta!
Y la Feria de Málaga constituye un buen ejemplo de ello. Se realiza desde 1489, en pleno verano, en el mes de agosto, y es la mayor fiesta de la ciudad, tanto de día como de noche. Durante el día, la fiesta tiene lugar en el centro; sin embargo, cuando llega la noche, la celebración continúa en un recinto propio llamado Cortijo de Torres.
Durante una semana se reúne todo lo bueno: comida tradicional, el Cartojal (el vino blanco dulce que se bebe por aquí), los acordes y pasos apasionados del flamenco, los trajes típicos, las más bonitas decoraciones de luces, alegres y coloridos globos, eventos culturales, conciertos de varios géneros musicales, cantos espontáneos en las calles, y, cómo no, el espíritu malagueño en su exponente máximo. Es, sin duda, una semana de franca alegría, pero como estamos en Málaga, la celebración y el espíritu alegre de la ciudad se extienden durante todo el año y por todas partes, hasta la mesa.
¡Hay tapas y rondas para todos!
¡Y qué bueno es comer fuera en Málaga! Es bueno y es una buena disculpa para la convivencia, siempre en ambiente de… fiesta, claro. Hay muchas ganas de vivir alrededor de la mesa (y de compartir también). Hablemos entonces de las tapas — pequeñas porciones de los más diversos platos típicos locales —, que son una de las costumbres más sabrosas de la región de Andalucía. Salir de tapas es una expresión conocida por aquí, tal como sucede en muchas otras ciudades españolas, y consiste en ir de restaurante en restaurante, o de bodega en bodega, probando los mejores sabores de la región.
Los boquerones (plato de pescado marinado), la tortilla, el pescaíto frito, el jamón, las ostras frescas o la más refinada selección de quesos son algunos ejemplos de la gastronomía de Málaga. Pero hay mucho más. ¿Y de acompañamiento? Estamos en una tierra de producción vinícola, por ello le sugerimos uno de los vinos de la casa. Prepárese, porque, tal como sucede con las tapas, la oferta es variada y la elección nada fácil.
Málaga de noche
Parece que la noche en Málaga es siempre joven. Hay buen ambiente, mucho movimiento, alegría, sonrisas y brindis a la vida. Es una noche ecléctica y para todas las edades. Entre los diversos lugares en los que se concentran los bares malagueños, destacamos algunos: la Plaza de la Constitución, la Plaza de la Merced, la Calle Granada, la Calle Alcazabilla, la Malagueta y la Calle Larios. Entre tantos bares, algunos son más tranquilos, perfectos para una noche más tranquila, de conversación amena y relajada; y otros más agitados, donde normalmente se hace un calentamiento para continuar la noche en una de las famosas discotecas de la ciudad abiertas hasta el amanecer. Y aquí el sol nace todos los días, con el brillo típico malagueño y con una promesa recurrente: ¡va a ser feliz!